mayo 29, 2010

Represión en Mosconi


Lo que se reprime en Mosconi
Juan Wahren

Durante mucho tiempo las localidades de Gral. Mosconi y Tartagal ubicadas en el noreste de la provincia de Salta fueron conocidas por su actividad ligada al petróleo y a la empresa estatal de hidrocarburos, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) que marcó a varias generaciones de los pobladores de esa región así como nominó y construyó territorial y socialmente a esos territorios.

A partir de mediados de la década del noventa estas localidades volvieron a ser noticia porque mostraron, junto con las sureñas Plaza Huincul y Cutral-Có en la provincia de Neuquén, a todo el país las terribles consecuencias del modelo económico neoliberal y el proceso de privatizaciones de las empresas públicas, particularmente de YPF. En esos años, entre 1997 y el 2001, los pobladores de Gral. Mosconi y Tartagal protagonizaron diversas puebladas y cortes de ruta dando nacimiento al llamado “movimiento piquetero”. Estas luchas y conflictos sociales provocaron el asesinato de cinco trabajadores desocupados bajo la represión de la Policía de Salta y la Gendarmería Nacional entre los años 2000 y 2001. También al calor de estas luchas se conformó la Unión de Trabajadores Desocupados de Gral. Mosconi (UTD) que agrupó a ex trabajadores de YPF, jóvenes y mujeres sin trayectorias laborales previas, comunidades indígenas, así como también profesionales y sectores de clases medias sin oportunidades laborales. Su principal dirigente es José “Pepino” Fernández, un ex trabajador de YPF quien se ha convertido en un referente de las luchas sociales del norte argentino, así como de las luchas ambientalistas y en defensa de los recursos naturales. En el transcurso de los años y las luchas “Pepino” Fernández ha acumulado más de cien causas judiciales, transformándose también en un paradigma de la creciente persecución y criminalización de la protesta social en la Argentina.

También Mosconi fue noticia en 2005 cuando uno de sus habitantes, José, ganó en el reality show “Operación Triunfo” y tuvo una efímera fama como cantante folklórico.

Luego la región volvió a ser noticia por las trágicas inundaciones de 2006 que destruyeron casas y puentes y por el alud del verano de 2009 que anegó y destruyó cientos de casas de Tartagal. Ambas catástrofes fueron causadas por el sistemático desmonte del monte y Las Yungas, producto de la actividad maderera y petrolera, así como del avance exponencial de la soja transgénica en la región.

Pero en todos estos años, en Gral. Mosconi se dieron también otros procesos silenciosos, ligados a los momentos de “latencia de los movimientos sociales” como nos señalaba el sociólogo italiano Alberto Melucci, donde la UTD fue construyendo un complejo entramado de proyectos comunitarios y productivos entre los que se destacan las cooperativas de vivienda, una carpintería, huertas comunitarias, ladrilleras, un taller de herrería y soldadura, un vivero de especies nativas, así como cuadrillas solidarias de trabajadores que refaccionan casas, escuelas, centros de salud y espacios comunitarios en los barrios de la zona. Este entramado productivo-comunitario generó un espacio autogestionado de lo social, transformando la desocupación en trabajo digno para sus integrantes y conformando lo que el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos define como un “campo de experimentación social”. De esta manera, la UTD construyó una importante legitimidad en la región que la transformó en una referencia obligada para el conjunto de los movimientos sociales del país, a la vez que este trabajo productivo-comunitario es reconocido, incluso, por altos funcionarios del gobierno provincial y nacional.

Desde hace más de una semana Gral. Mosconi vuelve a ser noticia trágicamente. La policía provincial reprimió en varias ocasiones la protesta de trabajadores desocupados de la UTD que se encontraban en la ruta reclamando por puestos de trabajo en la construcción de un nuevo gasoducto, así como el pago atrasado de sueldos y materiales de construcción para las cooperativas de vivienda. En el marco de este conflicto fue librada por enésima vez una orden de captura para “Pepino” Fernández quien luego de presentarse frente al Juez fue detenido por la policía provincial que también entró a las casas de algunos de los pobladores buscando a otros referentes de la UTD. Al día de hoy, “Pepino” Fernández continúa detenido y los integrantes de la UTD, junto a otros pobladores de Gral. Mosconi, protestan en la ruta y en los barrios aledaños exigiendo la libertad de su referente y otros desocupados detenidos, así como el cumplimiento de sus demandas de trabajo y dignidad. Los enfrentamientos con la policía salteña se han prolongado por más de dos días, con los pobladores resistiendo las balas de goma y gases lacrimógenas en improvisadas barricadas donde se destacan hombres y mujeres jóvenes de Gral. Mosconi. Mientras tanto, múltiples expresiones de solidaridad se multiplican en cadenas de e-mails, petitorios y movilizaciones a la Casa de la Provincia de Salta en Buenos Aires.

Pero lo que se está reprimiendo en Mosconi no es sólo un movimiento de trabajadores desocupados, no es sólo una represión más a un corte de ruta. Lo que se está reprimiendo en Mosconi es el proyecto alternativo de un movimiento social donde participa una gran parte de los pobladores de la región. Están acallando a los actores sociales que resisten al despojo de sus territorios, a la vez que construyen en la práctica otras economías y otras relaciones comunitarias basadas en la solidaridad y la reciprocidad. Están reprimiendo y acallando voces y experiencias, que muestran otros caminos posibles al modelo de desarrollo extractivo que destruye y mercantiliza la naturaleza.. Se quiere acallar en definitiva a este “campo de experimentación social” que surge desde las rutas, desde abajo, sumergido en los territorios que habitan y practican los pobladores de Mosconi.

La única manera de frenar este nuevo avance represivo sobre la dignidad y la experiencia colectiva de la UTD de Mosconi es expandiendo las redes de solidaridad y multiplicando en otros territorios estos campos de experimentación social que construyen, desde abajo y por abajo, posibles nuevos mundos por venir y por vivir.

Moscxoni, Alerta


COMPAÑEROS:
ANTES DE LAS 12 DEL MEDIODIA DE AYER VIERNES, HASTA LAS 19 HS. HOMBRES MUJERES Y NIÑOS Y LA BARRIADA DEL “17 DE AGOSTO”, PELEARON AL COSTADO DE LA RUTA EN MEDIO DE LA LLUVIA NATURAL Y DE LOS GASES Y BALAS DE LOS POLICIAS, FUE EPICO!
A DURAS PENAS PUDIMOS PARAR EL FERVOR DE LAS MUJERES Y LOS JOVENES PARA ESTABLECER UN PARENTESIS EN EL RECLAMO POR LA LIBERTAD DE PEPINO FERNANDEZ, DANIEL CHAILE Y EL LUCHADOR DE TARTAGAL EN HUELGA DE HAMBRE DETENIDO DESDE HACE VARIAS SEMANAS EN TARTAGAL TYSON FERNANDEZ Y, A PARTIR DE ESTA TARDE EN LA RUTA EL COMPAÑERO EDUARDO PALIZA, QUE CAYO EN LA TRAMPA DEL “DIALOGO” Y FUERA APREHENDIDO. DESDE LAS 19 PLANTAMOS NUEVAMENTE NUESTRAS PANCARTAS, HICIMOS FUEGO Y, COMIMOS UN RICO GUISO DE “DOÑA MARY”!, QUE NO USO PIMIENTA PORQUE EL AMBIENTE ESTABA LLENO DE LA PIMIENTA DE LA TONELADA DE GASES QUE RECIBIMOS DE LOS MILICOS.
COMO LA LLUVIA SIGUE SIN PARAR, A LAS 22,30, RESOLVIMOS IR A CASA Y VOLVER EN LA MAÑANA A LA RUTA, PORQUE AHORA VAMOS, NOS BAÑAMOS, NOS PONEMOS ROPA SECA Y SALIMOS A BUSCAR AL COMPAÑERO EDUARDO PALIZA PORQUE QUIENES HABIAN IDO MAS TEMPRANO NOS DIJERON QUE LO TUVIERON UNA HORA DETENIDO EN LA COMISARIA DE TARTAGAL Y LUEGO SE LO LLEVARON DE NUEVO, PERO AHORA NINGUNA COMISARIA DE LA ZONA LES DIO A CONOCER DONDE ESTA, LO QUE SI SABEMOS QUE ESTA MUY GOLPEADO, RECIBIO MUCHOS GOLPES Y SUFRE DE DOLORES INTERNOS.
COMPAS, GRACIAS POR LA SOLIDADARIDAD QUE RECIBIMOS DE TODOS UDS., SABEMOS QUE HAY GENTE QUE NOS COMPRENDE Y ESO NOS TEMPLA EL ANIMO!
CHIQUI PERALTA
UTD MOSCONI-SALTA

mayo 06, 2010

Oaxaca por Gustavo Esteva



Oaxaca, estado de cosas
Gustavo Esteva
Lo ocurrido en Oaxaca es insoportable. Para reaccionar, empero, necesitamos tener clara conciencia del contexto. No es un hecho excepcional o anómalo, sino una condición que se extiende cada vez más. Refleja una nueva normalidad: la del estado de excepción no declarado en que vivimos.
El territorio triqui ha estado en disputa desde hace muchos años. Como se cuenta lúcidamente en el libro de Francisco López Bárcenas que se presentó el jueves pasado en la UAM – Xochimilco, nunca ha cesado la resistencia popular a la dominación que ha tratado por décadas de enterrar los sueños triquis. Esa resistencia, que ha ido tomando la forma de una lucha de liberación, condujo a la creación del municipio autónomo de San Juan Copala.
Desde que nació, el empeño autonómico fue continuamente asediado y recibió continuamente atención y cierta solidaridad. Ese sentido tenía la presencia del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de San Salvador Atenco, que intentó celebrar en Copala la clausura de la campaña por la libertad de sus presos el pasado 28 de noviembre. No consiguió hacerlo. La Unión de Bienestar Social para la Región Triqui (Ubisort), que lo impidió entonces, que asaltó el palacio municipal el 10 de diciembre y tuvo que desalojarlo tres meses después, que sitió el municipio, mató a un niño y una anciana y acosó sin cesar a los autonomistas, es la misma organización cuyos grupos paramilitares asesinaron ahora a dos integrantes de la caravana de solidaridad que trataba de romper el cerco.
El marco de referencia para entender este proceso es claro. A principios de 1994 salió de la zona triqui la primera carta en que un grupo indígena decía a los zapatistas que no estaban solos. El zapatismo se extendía. Unos meses después, para domesticar las luchas triquis, nació esta organización paramilitar, calificada por algunos como terrorista, cuyos vínculos con el gobierno del estado son ampliamente conocidos.
Al anunciarse la caravana de solidaridad, hace ocho días, el dirigente de la Ubisort declaró que “bajo ninguna circunstancia” la dejarían pasar. Dio así contexto a las palabras de Ulises Ruiz y su secretario de gobierno, que días después atribuyeron los hechos a la imprudencia de los caravaneros desarmados, que habrían provocado el “enfrentamiento” con los paramilitares al tomar la decisión “unilateral” de ofrecer solidaridad a los autonomistas. Estas declaraciones serían sorprendentes, motivo de escándalo, denuncia y juicio político, si el país viviera aún en un estado de derecho, si en una proporción creciente del territorio y la población las funciones del estado no se hubieran transferido ya a militares, policías, paramilitares y otros grupos, como ocurre en Copala y las autoridades reconocen con inaudito cinismo.
En un libro notable sobre La “ley Televisa” y la lucha por el poder en México, que se acaba de presentar en Oaxaca y Puebla, sus editores señalan que “si el estado-nación no invierte políticamente en el reconocimiento y ejercicio real de las garantías…fundamentales de la población, el gobierno tendrá que destinar mayor gasto público para financiar la represión social, pues será la única forma de detener la energía colectiva contenida”. Escrita apenas hace seis meses, la frase resulta obsoleta: no es una posibilidad sino un dato. El gobierno modificó ya su presupuesto, aumentando las partidas destinadas a la represión. En eso estamos.
No fue exageración de John Berger decir que si se viera obligado a usar una sola palabra para describir la situación actual en el mundo usaría la palabra “prisión”. Pero esta prisión no es sólo la que dejaron hace un par de días las dos indígenas ñañús acusadas sin base por el gobierno federal, una prisión en que aumenta cotidianamente el número de muertos: 10 en la última semana. Es una prisión cuyos barrotes no siempre son evidentes o que parecen inocuos: retenes militares que no retienen, por ejemplo, y se contentan con intimidarnos gentilmente. Es una prisión que encarcela ideas y comportamientos y alimenta la ilusión de que aún se goza de libertad y las leyes siguen vigentes.
La insurrección en curso desgarra paso a paso esos barrotes y continúa sus preparativos. Su desafío principal, en estos tiempos difíciles, es lidiar con provocaciones como la que se montó en La Sabana, a las puertas de San Juan Copala. En vez de convertirse en el estallido de indignación que aparentemente se quiere inducir, para precipitar la guerra civil y aplastar la resistencia, el dolor y la rabia que causan muertes tan lamentables como las de Bety Cariño y Tyru Antero Jaakola deben nutrir el coraje organizado y paciente que profundiza y consolida nuestra capacidad de respuesta.

gustavoesteva@gmail.com

San Juan Copala 2010

Oaxaca, “un poquito de tanta verdad”
Norma Giarracca

Una caravana de periodistas y activistas de los movimientos sociales indígenas, antiminería, miembros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APO) y observadores europeos fueron atacados por un grupo paramilitar ligado al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Se dirigían a San Juan Copala, Oaxaca en México; es una comunidad autónoma habitada por población Triqui que se encuentra en precarias condiciones, abandonada, justamente por la tenaz voluntada de mantener su autodeclarada autonomía como municipio. Hubo dos muertos y se vivieron horas dramáticas cuando varios de ese grupo se refugiaron en los montes sin saber que suerte correrían. Hasta ahora se reconocieron los cadáveres de finlandés Tyri Antero Jaakkola y de la mexicana Beatriz Alberta Cariño Trujillo y se sabe que los atacantes forman un grupo de paramilitares pertenecientes a la organización priísta Unión de Bienestar Social para la Región Triqui (Ubisort) aunque no se conocen detenidos.
En México hay un total de 2.378 municipios y de ellos 570 se encuentran en Oaxaca, correspondiendo casi al 25% del total nacional. El gobierno municipal está compuesto por un Ayuntamiento electo por medio de un partido que gana elecciones tradicionales, o de acuerdo a sus “usos y costumbres” en una asamblea de la comunidad (medida legal conseguida en 1998). Según el Censo general de población y viviendas Oaxaca registra una población cercana a los 4 millones y 603.431 hogares con jefatura femenina por la alta migración de hombres. En 2006, a partir de un paro de los maestros, la ciudad y el departamento de Oaxaca, protagonizaron una gran pueblada en repudio a los modos en que el sistema político se relaciona con sus poblaciones, con los bienes comunes, con la vida.
San Juan Copala corresponde a la región Triqui baja, complejo territorio donde históricamente se luchó por recuperar toda la tierra y una vida digna. A raíz de eso se aglutinaron en organizaciones sociales, en organizaciones políticas y al ver que nadie ni nada les solucionaba sus temas, la comunidad decidió constituirse como municipio autónomo. Se desligaron de los partidos (que es la forma en que el estado mexicano se expresa en las regiones) y se constituyeron en municipio autónomo amparados por los acuerdos de San Andrés (que reconoce la cultura y derechos indígenas). Cabe aclarar que San Juan Copala había tenido la categoría de municipio reconocido por el Gobierno del Estado hasta 1940 y le decretaron la desaparición de esa categoría porque “era un pueblo rebelde”. Hasta hace poco más de 10 años estaban intentando remunicipalizarlo, o sea pedían al Congreso del Estado -a los diputados- que le reconocieran nuevamente a su pueblo como municipio. Luego se declararon por si mismo municipio autónomo y esto les ha permitido no sólo gestionar de manera autónoma sus recursos, sino discutir sus propias necesidades (entre ellas escuelas interculturales en serio). Viven asediados, el asesinato de comuneros es frecuente, con necesidades básicas sin atender como respuesta a su autonomía y la caravana internacional pretendía rodear y colaborar con esta población.
Si la protesta, la búsqueda de autonomía indígena, la ruptura con el orden subordinante, degradante, polarizador, que devasta y saquea nuestros territorios es difícil en países con gobiernos que reconocen la inteculturalidad, la plurinacionalidad, y aceptan democráticamente las críticas y rechazos al desarrollo extractivo, en un país como el México actual, es más que difícil, es peligroso y acciones como estas reenvían a ominosas épocas de Nuestra América que deseábamos que estuviesen superadas.