enero 20, 2011

Debates necesarios (Giarracca-Svampa)


Los debates necesarios
Norma Giarracca
Maristella Svampa (Mapa de Iconoclasistas)

Hace un tiempo ya, precisamente desde sus orígenes, nos preguntábamos por qué los miembros de Carta Abierta en sus despliegues discursivos, no incluían situaciones y procesos que contrabalancearan fuertemente las medidas que el Gobierno Nacional ha tomado desde 2003 para democratizar la sociedad. ¿Por qué negar el “modelo sojero” (como tal) en su verdadera magnitud de nuevo orden económico agrario establecido por políticas públicas que avanza arrinconando, maltratando y enfermando poblaciones y devastando yungas, montes y biodiversidad? ¿Por qué no visibilizar las luchas del MOCASE, de las poblaciones indígenas en estos contextos, por qué no denunciar a gobernadores asociados a los poderes mineros, sojeros, petroleros que forman parte del mentado “orden” que deseamos modificar? ¿Cómo no advertir que un contexto en que se aúnan fuertes rupturas pero también profundas continuidades en relación al modelo neoliberal, el “orden” acrecentaría la criminalización y la violencia?
El 2010, año del Bicentenario, anunció desde los primeros días su fatídico destino de estar marcado por muertes, desgracias y sufrimientos. Primero fue la comunidad Paichil Antreao en Villa Langostura con un conflicto por las tierras desatado en diciembre del año precedente, que llevó a decir a Osvaldo Bayer "...Me invade una gran tristeza y un indescriptible disgusto cuando me llega la noticia pocos días antes de Navidad [2009], los argentinos…continuaron una vez más con la agresión de los pueblos originarios en las tierras donde viven desde hace siglos”. Luego, el 15 de febrero asistimos a la brutal represión en Andalgalá, cuyo objetivo no era otro que el de custodiar los intereses de las corporaciones mineras, y en la cual operaron fuerzas represivas especiales (el grupo Kuntur), un modelo que hoy se aplica en diferentes provincias. En junio, pocos lo recuerdan ya, sucedió lo de Bariloche, que comenzó con una acción de gatillo fácil y culminó en una represión policial que costó la vida de tres adolescentes (dos en protesta) de los barrios altos de la ciudad, donde residen las poblaciones pobres y marginadas.
Y siguieron otras muertes, más represión, entre las que se cuentan el crimen de Mariano Ferreira, que develó la oscura trama de complicidad entre un modelo de sindicalismo empresarial y de precarización laboral, con sus fronteras porosas entre la mafia patoteril, el disciplinamiento sindical y los vínculos privilegiados con el gobierno. Los asesinatos del miembro de la comunidad qom y el silenciamiento por parte del Gobierno Nacional en cuanto a las responsabilidades políticas de las autoridades de Formosa, arrojaron aún más dudas acerca de la premisa gubernamental, tantas veces esgrimida en nombre de los derechos humanos, del “No reprimirás”. Por último, las demenciales escenas de cacerías y muertes en la ocupación del Parque Indoamericano mostraron a las claras que estos episodios de represión y criminalización están lejos de ser casuales o esporádicos; están lejos de ser exclusiva responsabilidad de las provincias o la ciudad de Buenos Aires y sus fuerzas represivas, en la medida en que forman parte de una misma matriz “ordenadora”, una misma razón de Estado, de la cual el responsable y garante último es, sin duda, el Gobierno Nacional.
A principios de 2010, en una conferencia de prensa por la represión en Andalgalá convocada por un conjunto de organizaciones sociales, con Adolfo Pérez Esquivel a la cabeza, hablamos desde un pequeño colectivo llamado Voces de Alerta y propusimos la creación de una red de contención para detener estos avances represivos. Interpelamos directamente a Carta Abierta para que se sumara a esto que denominamos la construcción de un “escudo humano” que apuntara a evitar, en la medida de lo posible, las represiones, criminalizaciones y muertes de hombres y mujeres que ejercen su derecho a la protesta frente a medidas o situaciones que consideran injustas. Y esta interpelación se continuó en otras oportunidades (por la defensa de la ley de protección de los glaciares, por ejemplo), porque creemos que, más allá de las diferencias o de la relación de mayor distancia o cercanía con el poder político, dicha tarea debe convocar a un arco amplio de intelectuales, artistas, gente de la cultura con vocación de compromiso público, de crítica y de construcción.
Por eso celebramos la CA Nº 8 del colectivo (Página 12, 19 de diciembre de 2010) y nos parece sumamente auspicioso que se ponga sobre papel aquello hechos que muestran las continuidades en el presente con la matriz neoliberal consolidada en los `90. Esperamos además que CA pueda establecer la conexión entre este régimen de acumulación y distribución de la riqueza, y las condiciones de posibilidad que genera el propio Gobierno Nacional, a través de sus acciones y del mismo aparato del Estado. Que puedan exigirles cambios bajo el convencimiento de que es un derecho de los ciudadanos hacerlo, pero aún más es una obligación de los intelectuales críticos plantear un debate público que ponga en juego las aspiraciones de mejoramiento y cese del sufrimiento social de las poblaciones. Estamos convencidas de que no existe ninguna posibilidad de avanzar en la democratización de la sociedad si no se pone coto tanto al modelo extractivo (régimen social de acumulación y distribución de riqueza) que necesita dominar y doblegar bajo cualquier medio a las poblaciones que habitan esos territorios, como a las guardias pretorianas que los custodian. En fin, cualquier intelectual entrenado en el pensamiento crítico estaría de acuerdo con estas premisas, y no dudamos que éste sea el caso de muchos de aquellos que hoy integran CA.

Norma Giarracca, socióloga, Instituto Gino Germani- UBA. Voces de Alerta
Maristella Svampa, socióloga, Conicet, Universidad Nacional de La Plata. Voces de Alerta

enero 14, 2011

Renuncia a Comisión de Minería-UBA


Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Sociales
Instituto de Investigaciones Gino Germani

Buenos Aires, 19 de julio de 2010

Al Sr. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Lic. Sergio Caletti
C/C al Sr Secretario de Ciencia y Técnica, Dr Hugo Sirkin

Me dirijo a usted para renunciar a la representación de la Facultad de Ciencias Sociales a la Comisión Interdisciplinaria creada por resolución Nº 6828/09 “para debatir ampliamente la cuestión de la minería a cielo abierto….”

Motiva esta renuncia varias razones, algunas de carácter (problemas de salud) y otras que hacen al sentido y funcionamiento de dicha comisión.

En primer lugar querría dejar asentado mi desacuerdo con los criterios que se han utilizado para formar esta comisión. Siendo la cuestión de la actividad minera un tema tan delicado y caro a la sociedad, se debería haber tenido más cuidado en el tipo de universitario que cada casa de estudio convocaba. En efecto, mientras la sociedad mayoritariamente está rechazando la actividad minera a cielo abierto, la injerencia de las fuertes transnacionales, los efectos en el medio ambiente, la utilización desmedida del recurso agua, la UBA comienza esta discusión con profesores ligados a las empresas que, además, llevan a cabo casi “una militancia” contra la posibilidad de llevar el ánimo social al ámbito de esta comisión.

Desde el comienzo, dada mi posición pública al respecto, sentí una fuerte hostilidad a mi persona y participación por parte de las dos universitarias ligadas a las empresas: la Dra. Beatriz Krom (Facultad de Derecho) y la Dra. Norma Ratto (Facultad de Filosofía y Letras). No fueron aceptadas una serie de consideraciones mías orientadas a no trabajar con material de las empresas, de considerar “conflicto de intereses” utilizar ese material. No fui escuchada aún cuando se discutió largamente una participación mía en una mesa en la Facultad de Derecho que tuvo una posición crítica a la actividad y donde compartía la reunión con destacados intelectuales y con una diputada nacional. Es muy diferente una posición política académica frente al problema (los cientistas sociales no somos neutrales sino “objetivos” en nuestras investigaciones) a posiciones de profesionales que participan en las cámaras empresariales de la minería o en los informes ambientales de las empresas.

Toda esta situación, sumado a varias ausencias por motivo de salud, problemas de comunicación en los que no recibí la minuta de lo tratado y finalmente la comunicación de una reunión donde no se trataba el informe que hice a pedido del Señor Secretario de Ciencia y Técnica del rectorado (y se trataban todos los otros informes), me inclinó por renunciar a esta comisión.

Debo destacar que la posición del Sr. Secretario fue muy difícil pues como él dijo muchas veces no era experto en el tema (tampoco tiene posición tomada como ciudadano) y se encontraba frente a un conflicto que quería solucionar de cualquier modo. Asimismo rescato otras posiciones dentro de la comisión que mostraban una actitud “científica” y no corporativa frente al problema; no obstante absolutamente minoritaria.

Tampoco mi salud ayuda ya que tengo una dolencia bronquial crónica y este invierno la he sufrido más que otros años. No obstante, de reinar un clima “universitario”, de respeto y solidaridad como muchas otras veces que se formaron comisiones de trabajo, esta situación hubiese podido remontarse. Lamentablemente no es así y he decidido renunciar y pedirle que nombre un reemplazo.

Por último deseo manifestar que tengo una posición tomada frente a las actividades extractivas y en particular la minería (hay libros enteros y nuestras propias investigaciones que la sustentan) y pretendo que la Universidad de Buenos Aires comprenda esta situación y acorte las distancias con las poblaciones que le piden que proceda como muchas otras universidades (la Universidad Nacional de Córdoba, entre ellas) en relación con los fondos de La Alumbrera. Sinceramente acepté participar en esta comisión porque había pensado que era el ámbito para dar una discusión entre investigadores autónomos e independientes de las corporaciones mineras. Me imaginé además que había un lenguaje común para entendernos (por ejemplo, que los informes de las mineras son materiales a analizar y no a tomar como bibliografía) El libro con cuatro universidades nacionales coordinados por Maristela Svampa y Mirta Antonelli en el que participo y que va por su segunda edición (en un año) no había sido leído por ningún miembro y por otro lado circulaban los informes de las corporaciones. Las recientes palabras en el diario Tiempo Argentino (8/8/10) de Maristella Svampa se aplican muy bien al ánimo que motiva esta misiva.. Dice la investigadora: “Me parece que el trabajo de experticia es algo absolutamente necesario. Pero estamos en un momento en el cual hay que construir un saber experto contrapuesto a los intereses hegemónicos. La construcción de un saber experto independiente significa, por ejemplo, que si hoy en día tenemos debates en torno al modelo sojero o en torno al modelo minero, los investigadores de una universidad no pueden estar contratados por una empresa minera o estar al servicio de actores económicos que en el agro tienen un gran protagonismo. No pueden ¡ Eso no es independencia!”

Es muy difícil explicar el significado de esta opción que asumo junto a muchos otros intelectuales y científicos, si es que no existen supuestos de política académica científica en común para el diálogo constructivo. Y lo que ocurrió en la comisión fue que cada intento de explicación del funcionamiento o consecuencias de la minería a cielo abierto, fue tomado como una agresión a la presencia de las profesionales ligadas a las corporaciones, Por eso doy un paso al costado; siento que soy más útil dando la discusión pública como lo he realizado desde hace años y, por supuesto, seguiré haciéndolo, inclusive en relación con la posición de la UBA en este campo. Muchos años de estar ligada a esta universidad como alumna, como docente en todos los niveles de la carrera, como investigadora, como formadora de recursos así como Consejera Directiva y Superior y como autora que expresa el nivel de nuestra casa de estudios compartiendo libros con intelectuales internacionales de la talla de Noam Chomsky o Boaventura de Sousa Santos, me legitiman para hacerlo en nombre de la Universidad de Buenos Aires.


Le anexo el informe elevado a la comisión y solicito se lo haga llegar a quien me reemplace.

Lo saluda cordialmente, Prof. Norma Giarracca