enero 14, 2011

Renuncia a Comisión de Minería-UBA


Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Sociales
Instituto de Investigaciones Gino Germani

Buenos Aires, 19 de julio de 2010

Al Sr. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Lic. Sergio Caletti
C/C al Sr Secretario de Ciencia y Técnica, Dr Hugo Sirkin

Me dirijo a usted para renunciar a la representación de la Facultad de Ciencias Sociales a la Comisión Interdisciplinaria creada por resolución Nº 6828/09 “para debatir ampliamente la cuestión de la minería a cielo abierto….”

Motiva esta renuncia varias razones, algunas de carácter (problemas de salud) y otras que hacen al sentido y funcionamiento de dicha comisión.

En primer lugar querría dejar asentado mi desacuerdo con los criterios que se han utilizado para formar esta comisión. Siendo la cuestión de la actividad minera un tema tan delicado y caro a la sociedad, se debería haber tenido más cuidado en el tipo de universitario que cada casa de estudio convocaba. En efecto, mientras la sociedad mayoritariamente está rechazando la actividad minera a cielo abierto, la injerencia de las fuertes transnacionales, los efectos en el medio ambiente, la utilización desmedida del recurso agua, la UBA comienza esta discusión con profesores ligados a las empresas que, además, llevan a cabo casi “una militancia” contra la posibilidad de llevar el ánimo social al ámbito de esta comisión.

Desde el comienzo, dada mi posición pública al respecto, sentí una fuerte hostilidad a mi persona y participación por parte de las dos universitarias ligadas a las empresas: la Dra. Beatriz Krom (Facultad de Derecho) y la Dra. Norma Ratto (Facultad de Filosofía y Letras). No fueron aceptadas una serie de consideraciones mías orientadas a no trabajar con material de las empresas, de considerar “conflicto de intereses” utilizar ese material. No fui escuchada aún cuando se discutió largamente una participación mía en una mesa en la Facultad de Derecho que tuvo una posición crítica a la actividad y donde compartía la reunión con destacados intelectuales y con una diputada nacional. Es muy diferente una posición política académica frente al problema (los cientistas sociales no somos neutrales sino “objetivos” en nuestras investigaciones) a posiciones de profesionales que participan en las cámaras empresariales de la minería o en los informes ambientales de las empresas.

Toda esta situación, sumado a varias ausencias por motivo de salud, problemas de comunicación en los que no recibí la minuta de lo tratado y finalmente la comunicación de una reunión donde no se trataba el informe que hice a pedido del Señor Secretario de Ciencia y Técnica del rectorado (y se trataban todos los otros informes), me inclinó por renunciar a esta comisión.

Debo destacar que la posición del Sr. Secretario fue muy difícil pues como él dijo muchas veces no era experto en el tema (tampoco tiene posición tomada como ciudadano) y se encontraba frente a un conflicto que quería solucionar de cualquier modo. Asimismo rescato otras posiciones dentro de la comisión que mostraban una actitud “científica” y no corporativa frente al problema; no obstante absolutamente minoritaria.

Tampoco mi salud ayuda ya que tengo una dolencia bronquial crónica y este invierno la he sufrido más que otros años. No obstante, de reinar un clima “universitario”, de respeto y solidaridad como muchas otras veces que se formaron comisiones de trabajo, esta situación hubiese podido remontarse. Lamentablemente no es así y he decidido renunciar y pedirle que nombre un reemplazo.

Por último deseo manifestar que tengo una posición tomada frente a las actividades extractivas y en particular la minería (hay libros enteros y nuestras propias investigaciones que la sustentan) y pretendo que la Universidad de Buenos Aires comprenda esta situación y acorte las distancias con las poblaciones que le piden que proceda como muchas otras universidades (la Universidad Nacional de Córdoba, entre ellas) en relación con los fondos de La Alumbrera. Sinceramente acepté participar en esta comisión porque había pensado que era el ámbito para dar una discusión entre investigadores autónomos e independientes de las corporaciones mineras. Me imaginé además que había un lenguaje común para entendernos (por ejemplo, que los informes de las mineras son materiales a analizar y no a tomar como bibliografía) El libro con cuatro universidades nacionales coordinados por Maristela Svampa y Mirta Antonelli en el que participo y que va por su segunda edición (en un año) no había sido leído por ningún miembro y por otro lado circulaban los informes de las corporaciones. Las recientes palabras en el diario Tiempo Argentino (8/8/10) de Maristella Svampa se aplican muy bien al ánimo que motiva esta misiva.. Dice la investigadora: “Me parece que el trabajo de experticia es algo absolutamente necesario. Pero estamos en un momento en el cual hay que construir un saber experto contrapuesto a los intereses hegemónicos. La construcción de un saber experto independiente significa, por ejemplo, que si hoy en día tenemos debates en torno al modelo sojero o en torno al modelo minero, los investigadores de una universidad no pueden estar contratados por una empresa minera o estar al servicio de actores económicos que en el agro tienen un gran protagonismo. No pueden ¡ Eso no es independencia!”

Es muy difícil explicar el significado de esta opción que asumo junto a muchos otros intelectuales y científicos, si es que no existen supuestos de política académica científica en común para el diálogo constructivo. Y lo que ocurrió en la comisión fue que cada intento de explicación del funcionamiento o consecuencias de la minería a cielo abierto, fue tomado como una agresión a la presencia de las profesionales ligadas a las corporaciones, Por eso doy un paso al costado; siento que soy más útil dando la discusión pública como lo he realizado desde hace años y, por supuesto, seguiré haciéndolo, inclusive en relación con la posición de la UBA en este campo. Muchos años de estar ligada a esta universidad como alumna, como docente en todos los niveles de la carrera, como investigadora, como formadora de recursos así como Consejera Directiva y Superior y como autora que expresa el nivel de nuestra casa de estudios compartiendo libros con intelectuales internacionales de la talla de Noam Chomsky o Boaventura de Sousa Santos, me legitiman para hacerlo en nombre de la Universidad de Buenos Aires.


Le anexo el informe elevado a la comisión y solicito se lo haga llegar a quien me reemplace.

Lo saluda cordialmente, Prof. Norma Giarracca

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